HISTORIA DE FUTURITO
 
Había una vez, que mentira no es:
En un pueblo muy hermoso y acogedor llamado Molinos, situada a las orillas de un rio, que escurre sus aguas limpias y transparentes. Habitaba Futurito con sus padres y 5 hermanos mayores. Futurito es un niño pequeño de 5 años de edad, de nobles actitudes y de condición humilde. Llegaba la época escolar entre los meses de abril como solía iniciarse aquellos tiempos las actividades escolares. Futurito sentado en un tronco de madera en la portada de su humilde casa, observaba como pasaban los niños de su barrio luciendo uniformes nuevos plomos y zapatos negros bien lustrados, algunos llevaban colgados unos morrales de tela blanca, otros llevaban cordones y punteros, era todo una promesa de vida exitosa que llevaban sus vecinos de barrio.
Futurito sorprendido corrió hacia su madre que estuvo preocupada en la cocina atendiendo a sus hermanos que ya estaban listos para ir a sus clases. Pregunto:

• Mamita ¿Por qué no voy yo a la escuela? su madre sin darle mucha importancia le dijo:
• Es que hijo tu eres muy pequeño y te falta edad para que pudiéramos matricularte en transición. Futurito replicó:
• Pero mamita yo quiero ir a la escuela, alístame mis cuadernos y llévame a la escuela. La madre le tomo de la mano como acariciándole, le dijo:
• Hijito tu eres pequeño y no es momento que vayas a la escuela. Al próximo año cuando ya estés más grande te tocará ir a la escuela. Hoy me acompañaras a llevar los animales al campo y luego iremos a trabajar en las tierras de la comunidad.

Futurito no contento con lo encomendado, ingreso a la habitación de sus hermanos, cogió  un morral que estuvo listo por la mesa, cogió los libros y diccionarios de la biblioteca pequeña de sus hermanos mayores e inicio su recorrido camino a la escuela. Llegó cerca al patio de la escuela, observo de lejos con un poco de temor, ¡como los niños felices saludaban a sus maestras y maestros!. Por ahí estaban mis hermanos mayores ya desplazándose hacia sus salas de clase. Futurito sorprendido y emocionado camino a observar por la ventana ¡que de maravilloso será estar ahí dentro! Dijo entres sí. Apenas podía observar por la ventana del salón. Escuchaba la melodiosa voz de una maestra que dirigía una canción de llegada. Futurito se apresuró a juntar algunos ladrillos rotos y acumulo al borde del salón y pudo observar el verdadero escenario del salón de clase. Se quedó con ganas de querer ocupar un asiento. Pero al ver que él no vestía como los demás, emprendió camino de regreso a casa. Llegado a casa su madre lo estaba buscando. Al verle atino por preguntarle:

• ¡Donde te has metido hijo!, estuve preocupada pensando que algo te había pasado. Futurito callado y triste agarro la mano de su madre, camino hacia la cocina. Ya sentados ambos,la madre pregunto:
• Hijo ¿A dónde fuiste?, y ¿Quéllevas en ese morral? La madre de Futurito cogió el morral y sorprendida exclamo: ¡Pero!. ¿porque agarraste esos libros son de tus hermanos?, ¡el diccionario nuevo!, ¿A dónde llevaste?. Futurito respondió con mucha tristeza:
• Mamita fui a la escuela y vi como es la escuela.
• Pero hijito ¿Por qué no me avisaste?, el perro te podría haber mordido. ¡Hay hijo!. Espero que no se molesten tus hermanos por haber agarrado sus cosas. El niño pregunto a su madre:
• Mamita ¿puedo jugar a la escuela?.
• Claro hijito, pero no salgues de la casa sin mi permiso. Debes estar cerca para yo verte, no te alejes porque puedes perderte o lastimarte.

Futurito tomo varios libros y cuadernos, lleno a su morral y camino junto a su madre hasta algunos sembríos. Sentado debajo de un frondoso árbol, planto una pequeña rama de eucalipto y empezó a dialogar con el:

• Amigo tú serás mi profesor, quiero que me enseñes a dibujar, también quiero que me enseñes a escribir. Había iniciado con algunos palotes y algunos dibujos.

Pero ahí cerca estaba la faena comunal, donde era casi como una escuela. Estaba el profesor que dirigía, estaban los alumnos aunque un poco adultos pero estaban escuchando a todos.

• Futurito se quedó sorprendido, porque todos hablaban en turno y escribían sobre un cuaderno grande y todos levantaban su mano y expresaban lo que sentían.

Sin perder tiempo el empezó a dibujar a todos los que estaban presentes en la clase comunal.

• Dibujo a un señor de bigotes, un poco bajito quien era el presidente comunal, dibujo también a una señora gorda de trenzas gruesas que representaba la tesorera comunal, así mismo dibujo a un señor gordo y con sombreromuy característico quien era el alcalde. Terminado la escena se puso a descansar.

Terminado la asamblea su madre se le acerco.

• Hijito porque estuviste tan tranquilo en este lugar, no me has interrumpido durante la asamblea.
• Mamita, ésta, ¿también es una escuela?.
• No hijito, es una reunión de comuneros.
• Mamita, parece que fue una escuela. Pero han leído, también han dibujado, pero en un solo cuaderno.
• Si hijito, ese libro, es el libro de Actas, donde se escribe todo los acuerdos y de ahí todos debemos cumplir. - Y tu hijito ¿Quéhas hecho?
• Mamita he aprendido a dibujar a todos de tu escuela y sólo me falta sus nombres. ¿En la casa me ayudas?.
• Si hijo, en la casa terminaremos tu trabajo.

Contentos ambos retornaron a casa.

• Futurito de ahí adelante, siempre jugo a la escuela.

Hasta ahora talvez seguirá jugando, lo que aquel día se inició el juego de la escuela, talvez nunca terminará. Porque “Educar es aprender a ser felices, multiplicar sonrisas y satisfacciones”. Colorín, colorado este cuento ha terminado, porque tras de estos eventos, hay muchos que ya vienen contentos.
 
Escrito por Jenner Acevedo Mayta.
A la memoria de mi madre María Benedicta Mayta Cóndor.